miércoles, 11 de marzo de 2009


El viernes 23 del mes de Enero del corriente año antes de partir hacia el recital de mujercitas terror, hice una parada casi obligatoria en la feria de la señora pelirroja, aunque llegaba tarde esperé a que me abra la puerta de su casa despues de tocar el timbre que estaba ubicado bajo el tejado de la casita-buzón, al cabo de unos minutos de calor y angustia sale de la casa una señora de rulos con una camisa floreada muy hermosa, me miró de arriba a abajo y me dijo que ya me atendía la dueña de casa, despues de otros tantos minutos sale mi amiga con mucho olor a shampú y me abre el porton, le explico que estoy apurado , que necesito una remera fresca y barata, comienzo mi busqueda entre las montañas de ropa usada, veo que no ha cambiado mucho de vestimentas desde mi última visita.
Me ofrece pantalones, chaquetas y ropa de mujer que yo no iba a aceptar.
Porqué me ofrece tantas cosas horribles? me pregunto mientras encuentro una remera de mi talla, con la medida perfecta de desgaste y sin olor, le ofresco 5 pesos por la remera y una camisa, acepta y emprendo viaje camino al antro...
Después de 15 minutos caminando velozmente por Avenida Corrientes, se acercaba la hora del comienzo del show y sentia que nunca llegaria a tiempo, mis pies dolian mucho por la falta de plantillas y el calor me causaba asfixia. Al llegar exhausto observo a unas pocas personas esperando en la entrada, para mi suerte hay un quiosco en frente y compro un jugo, pregunto a un hombre si empezó el recital y me responde que todavia estaban probando sonido, me senté cerca de las personas para descansar y beber, mientras escuchaba sus charlas y me imaginaba que clase de personas vivirian en esos departamentos devenidos a humedad y enredaderas secas.

1 comentario:

mimo dijo...

en todo feria hay una mujer de la feria y siempre está loca

siempre te ofrecen todo lo que es extremadamente contrario a lo que te gusta, mezclado con comentarios descolocados a la situación o pasos de baile practicados de temas de chayanne en su época de gloria


acá vamos a una feria maratón
hay que llenar una bolsa gigante con toda la ropa que te entre, antes de que cierre el local

y te la cobran 20 pesos


y las pantuflas de tu vida nunca tienen su par